A los cuarenta días del nacimiento de Jesús, celebramos su presentación en el Templo. Jesús es llevado por sus padres, María y José, como hacían todas las familias judías con su primogénito, para ofrecerlo a Dios y luego “rescatarlo”, dejando en su lugar, si eran pobres como es éste el caso, “un par de tórtolas o dos pichones”.
Entre nosotros esta fiesta antes se llamaba “la purificación de nuestra Señora” o también “la Candelaria”, por el rito de la bendición y procesión de las candelas, con las que se simboliza a Cristo, “luz de las naciones”.
Fiesta: 2 de febrero
Fiesta: 3 de febrero
San
Blas fue obispo de Sebaste a comienzos del siglo IV, y sufrió la
persecución. Alrededor del año 316 Blas logró escapar de la persecución y
refugiarse en una gruta. Aunque se trata de un personaje que
históricamente tiene muy pocas fuentes fidedignas, la leyenda dice que
en la gruta, el obispo vivía rodeado de animales salvajes que lo
visitaban y le llevaban alimento; pero que un día los cazadores de
animales descubrieron al santo y por ser cristiano lo llevaron amarrado
como un malhechor a la cárcel de la ciudad. A pesar de los prodigios que
el santo hacía en la cárcel, lo llevaron a juicio y como no quiso
renegar de Cristo y sacrificar a los ídolos, fue condenado al martirio:
primero lo torturaron y después le cortaron la cabeza con una espada. Al
obispo se le atribuye un milagro que lo convirtió en un santo de gran
popularidad, se dice que mientras lo llevaban al santo al martirio, una
mujer se abrió paso entre la muchedumbre y colocó a los pies del santo
obispo a su hijo que estaba muriendo sofocado por una espina de pescado
que se le había atravesado en la garganta. San Blas puso sus manos sobre
la cabeza del niño y permaneció en oración. Un instante después el niño
estaba completamente sano.
-------------------
AHORA UNOS REFRANES
(FUENTE: https://www.refranerocastellano.com/santoral/febrero.html)
No hay comentarios:
Publicar un comentario